Acaban de salir de su última guardia en el hospital , otros están en su turno de vacaciones o a punto de volver a su ciudad. Son los voluntarios de DIANCUSAL que han querido formar parte de esta experiencia que marcará sus vidas de alguna u otra manera.
Comparten vivencias, tiempo, conocimientos, y están convencidos que el esfuerzo de todos en este proyecto es el que beneficiará a la sociedad.
Y es que la solidaridad, la generosidad y el altruismo son los principios fundamentales del crecimiento humano, sin los cuales la humanidad no lograría su desarrollo. Son los genes de lo que habló Rogelio González, director del IBSAL, en su intervención el día de la puesta en marcha de DIANCUSAL. Se trata de remar todos en la misma dirección para lograr los objetivos. Es el compromiso de la Universidad con el resto de la sociedad el que hará de esta iniciativa un éxito sin precedentes.
El proyecto DIANCUSAL no tendría razón de ser sin la labor de los voluntarios. Estudiantes, recién graduados y profesionales prestan un servicio imprescindible durante estos días.
Farmacéuticos, médicos y enfermeros trabajan codo con codo cada jornada con la ilusión de aportar su grano de arena en esta pandemia, sentirse útiles.
Suman fuerzas, comparten experiencias y aprenden unos de otros. Para algunos es la mejor manera de poner en práctica lo aprendido en la facultad. Para otros, la posibilidad de ganar experiencia y sentirse necesarios.
La Universidad de Salamanca, pionera con este proyecto en torno al COVID-19, deja claro su compromiso, no solo con la comunidad universitaria, sino con la sociedad.
La Universidad de Salamanca ha puesto en marcha DIANCUSAL como proyecto humanitario. En palabras de Antonio Muro, coordinador del proyecto, este es el humanismo del siglo XXI que debe dar respuesta a las preguntas que nos hacemos en torno al COVID-19. Se trata de aportar conocimiento gracias a la gran colaboración entre las distintas instituciones involucradas en esta iniciativa: la propia Universidad de Salamanca, el Complejo Asistencial Universitario (CAUSA), el Instituto de Investigación Biomédica (IBSAL) y la Junta de Castilla y León.
Una iniciativa pionera como esta demuestra el compromiso de la Universidad con la sociedad y su voluntad de ayuda y colaboración tras lo vivido meses atrás con la pandemia, según el Gerente del CAUSA, Luis González Fernández. Y es que Salamanca, como ciudad universitaria, debe conocer la movilidad y la facilidad de transmisión del virus entre su comunidad, sobre todo en las Facultades Biosanitarias.
El rector Ricardo Rivero durante su intervención
Del resultado de este ambicioso proyecto, sabremos cómo hemos actuado antes del confinamiento y podremos establecer las estrategias para posibles rebrotes.
Por este motivo, es imprescindible actuar de manera responsable. El 90 por ciento de la población lo hace, como recordó Rogelio González, director del IBSAL, aunque a veces salga a relucir el gen del egoísmo. Pero la especie humana también activa el gen de la solidaridad, el altruismo y la generosidad que quedan visibles en este proyecto. “Y la suma de ellos hace que rememos en la misma dirección”.
Realizando extracciones
El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, alabó el esfuerzo del proyecto por comprender la situación y proteger la salud de la comunidad universitaria y del resto de la sociedad , de manera que los recursos utilizados en DIANCUSAL contribuirán a un mejor conocimiento de la salud poblacional.
La Universidad de Salamanca tiene todo preparado para empezar, mañana martes 14 de julio, DIANCUSAL, su proyecto más ambicioso e innovador actualmente.
Con el objetivo de realizar el diagnóstico y seguimiento del COVID-19 entre la comunidad universitaria, ya son más de 600 inscritos los que participarán en la primera fase.En el día previo al inicio del proyecto, los coordinadores del mismo, junto al equipo de voluntarios de las facultades de Farmacia, Medicina y Enfermería se han citado en la Clínica Odontológica del Campus Miguel de Unamuno -donde se realizarán las pruebas -para comprobar que todo está a punto y recibir las últimas indicaciones. La respuesta social a esta iniciativa está siendo muy positiva, según aseguró esta mañana Antonio Muro, coordinador de DIANCUSAL.
Los voluntarios reciben las últimas recomendaciones por parte de Antonio Muro
Por su parte, Fausto José Barbero, decano de Enfermería y Fisioterapia, se mostró honrado de pertenecer a un equipo disciplinar como el de DIANCUSAL con ocho enfermeros voluntarios en la primera fase que se encargarán de la extracción de sangre, además de la encuesta epidemiológica, algo habitual en atención primaria con los equipos de rastreo por parte de estos profesionales. Cecilia Oliva y María Teresa de la Puente, enfermeras, afirmaron que esta es una gran oportunidad para aprender cómo se organizan eventos de investigación, además de servirles como colaboración en la carrera profesional. Lo ven como “una oportunidad para aportar su granito de arena en esta pandemia de la que todavía se desconoce tanto, sobre todo de cara a la prevención para que no tengamos que pasar por la situación de estos meses anteriores”.
Instalaciones de la Clínica Odontológica
También estuvo presente María Lorenzo Santiago, directora de gestión en el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, IBSAL, para quien DIANCUSAL es un reto en cuanto a organización, gestión y tramitación en tiempo récord, algo que supone una gran satisfacción. “Ahora solo queda esperar a que mañana todo salga rodado con el trabajo realizado por todos”.
Instalaciones de la Clínica Odontológica
Para Daniel Muñoz Reyes, estudiante de doctorado de Farmacia y Salud, esta es la mejor oportunidad para poner en práctica lo aprendido en el grado y, si resalta algo, es la colaboración multidisciplinar. Todo está a punto en la Clínica Odontológica del Campus Miguel de Unamuno para que mañana, a partir de las 9 de la mañana, comiencen a llegar los voluntarios que se someterán a las pruebas que despejen cualquier incertidumbre sobre su salud. Algo que convertirá a la Universidad de Salamanca en un espacio con garantías de un buen seguimiento frente al COVID-19.
Rogelio González(IBSAL) dialoga con los voluntarios